Que no entiendo porque duele tanto cuando termina, ni porque da tanto miedo cuando empieza. Porque cuando acaba todos prometemos no volver a enamorarnos, pero la mayoría volvemos a hacerlo. Porque nadie cree la frase de "estoy mejor solo", que por no creerla no nos la creemos ni nosotros mismos, que nos tratamos de convencer que la vida sin nadie especial no está tan mal, pero centramos esa vida en encontrarlo. Y cuando encontramos a ese alguien especial nos damos cuenta de cómo nos estábamos engañando, que estamos mucho mejor acompañados. Que los problemas parecen menos serios al pensar "al menos lo tengo a él", que las clases parecen menos aburridas recordando la tarde anterior con él, que el negro pasa a ser gris oscuro, que los demás te notan otro brillo en la mirada y hasta sonreír parece más fácil. Que es verdad que la felicidad no depende solo de eso, pero que ayuda y mucho a conseguirla.